Tus hijos tienen una adicción y no lo hablan con vos

Nuestros hijos están cada vez más atrapados por los dispositivos móviles que, como padres, decidimos darles.

¿Por qué tienen una adicción?

El tiempo que pasan en el celular

El impacto emocional

La dopamina y el ciclo de recompensa

¿Por qué no lo hablan con vos?

Vergüenza y miedo

Desconexión generacional

Falta de confianza

Conclusión

Fuentes

Las estadísticas muestran una realidad inquietante: están desarrollando una adicción a sus teléfonos y redes sociales, y lo peor es que no están hablando con nosotros al respecto.

El 95% de los chicos de 13 a 17 años usan redes sociales, y más del 30% de ellos las usa casi constantemente, varias veces al día. En España, más del 20% de los chicos de 10 años tiene un celular, y este número aumenta a más del 70% a los 12 años, y a más del 90% entre los 14 y 15 años. Esto significa que casi todos los adolescentes tienen acceso a un dispositivo móvil.

Uno de cada tres adolescentes usa el celular más de seis horas al día, lo cual interfiere con sus actividades diarias como el ejercicio, el juego y el sueño. Esta cantidad de tiempo no solo es preocupante en términos de salud física, sino que también afecta su bienestar mental y emocional.

El 38% de los chicos se sienten abrumados por lo que ven en las redes sociales, mientras que el 31% siente que sus amigos los están excluyendo de cosas importantes. El 29% siente presión por publicar contenido, buscando constantemente la validación a través de “me gusta” y comentarios.

Este uso constante de las redes sociales está diseñado para liberar dopamina, la hormona del placer, en nuestros cerebros. Cada vez que reciben una notificación o un “me gusta”, experimentan un pequeño golpe de dopamina que los hace sentir bien, pero solo momentáneamente. Esta liberación constante de dopamina crea un ciclo de recompensa que es difícil de romper, similar al de las adicciones a sustancias.

Una de las estadísticas más preocupantes es que más del 20% de los chicos ha sufrido algún tipo de acoso en línea, pero solo el 11% de ellos habló con sus padres al respecto. ¿Por qué este silencio?

Muchos chicos no hablan con sus padres sobre sus problemas en línea por vergüenza o miedo. Temen ser juzgados o castigados, o simplemente no saben cómo abordar el tema. Esta falta de comunicación crea un aislamiento que puede exacerbar los problemas de salud mental.

Existe una desconexión generacional significativa cuando se trata de tecnología. Los padres a menudo no comprendemos completamente el mundo digital en el que viven nuestros hijos, lo que dificulta las conversaciones sobre el uso seguro y saludable de la tecnología. Este vacío de conocimiento puede hacer que los chicos sientan que no podemos ayudarlos ni entender sus problemas.

Solo el 11% de los chicos confía en sus padres lo suficiente como para hablar sobre el acoso en línea. Esto indica una falta de confianza en la capacidad de nosotros, como padres, para manejar la situación de manera efectiva y comprensiva. Es crucial que los padres trabajemos para construir una relación de confianza y apertura con sus hijos.

Las estadísticas son claras: nuestros hijos están atrapados en un ciclo de adicción a sus dispositivos móviles y redes sociales, y no están hablando con nosotros al respecto.